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miércoles, agosto 12, 2009

Por puro egoísmo.

Escribir un blog es un acto de puro egoísmo. Como dije en el anterior artículo: primero fueron los curas, después los psicoanalistas y ahora los blogs. Siempre tienes la necesidad de echar tus demonios fuera y lo haces en otra persona; el ciberespacio lo único que hace es multiplicar los receptores de tus demonios.
En el año 2005, cuando comencé este blog, ya había hecho mi pequeña incursión a los infiernos. En 1998 había viajado a la frontera albano-yugoeslava, cuando la crisis de Kosovo no tenía marcha atrás, en 2001 visité Palestina, a los pocos meses de comenzar la Segunda Intifada, en 2002 llegué a la frontera turco-iraní para hacer un reportaje sobre los refugiados que allí llegaban desde Afganistán, Irán e Iraq; y en 2004 viajé al Iraq post-Saddam.
La razón de todos estos viajes: cambiar mis vacaciones estilo Salou para mirar al mundo directamente a los ojos. La sorpresa: que lo que yo ví a nadie le interesaba. Y no son otros mundos, no son lugares lejanos... un avión y ya está, una patera y ya está, un barco cargado de albaneses y ya está. De ahí la razón de este blog: echar los demonios fuera, hacer lo que cualquier periodista debe hacer desde que el mundo es mundo: contar lo que ve. Habrá otros artículos con otros temas pero el origen de este blog está allí.

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