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martes, septiembre 20, 2005

Los Paises Balticos: De espaldas a Rusia y de frente a la Union Europea


¿Cabe esperar que un país dé la espalda a su pasado más inmediato? No lo ha hecho un país, lo han hecho tres. Estonia, Letonia y Lituania se separaron de la Unión Soviética de forma pacífica. Son tres países para los que pertenecer a la Unión Soviética reportó los beneficios de ser punta de lanza en el Báltico de la segunda potencia mundial pero los perjuicios de sufrir una intensa represión, sobre todo por parte del régimen estalinista en los años 40.
Todo ha quedado atrás. Las inversiones de la Unión Europea entraron en estampida y estas tres repúblicas están irreconocibles. Muchas de las infraestructuras, sobre todo de transportes, son completamente nuevas. Además la economía de mercado funciona a sus anchas y por todas partes se ve prosperidad, a excepción, claro está, de algunos núcleos rurales que han quedado en el olvido enmedio de la vorágine inversora. El turismo ya es un valor seguro y en alza.
El deseo de independencia primero y los cambios tan rápidos de la última década han dejado el recuerdo de la Unión Soviética como el de un pasado para olvidar y en el que surgen las ansias de denunciar la represión que supuso el estalinismo. Es como cuando Franco murió en España; los que hubieron de guardar silencio durante décadas salen a la superficie para respirar. Todo lo que recuerda a Rusia es mirado con desdén; todo lo propio, lo nacional y lo europeo, es revalorizado como el aire fresco que entra en una habitación que abre sus ventanas.
En la fotografía, maletas de personas deportadas a Siberia en los años 40. Museo de la Ocupación. Tallinn, Estonia.
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