Con estas premisas irte a Albania era caer en lo desconocido. ¿Qué libros contaban algo de aquel país? Pequeñas referencias, algún artículo, pero coger una bolsa de viaje y un par de calzoncillos para irte a la zona más peligrosa del país más pobre de Europa iba un trecho. Además, con mis bolsillos vacíos, tanto que tuve que volver desde la vecina Hungría haciendo auto-stop hasta Huesca, mi ciudad natal. Sólo años después encontraría, gracias al dios Internet, varios libros, documentales, etc. que me contarían cosas sobre Albania pero ya era tarde, ya me la había jugado viajando a la puerta trasera del viejo continente.
Los próximos artículos narraré esta odisea que descubre algunas claves del conflicto albano-kosovar.
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